Amenazas de los bosques
El cambio climático
El cambio climático es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta actualmente la humanidad. El aumento del número y la intensidad de los desastres naturales, el cambio de las condiciones meteorológicas, el deshielo de los polos, la subida del nivel del mar y las sequías son sólo algunas de las consecuencias que ya experimentan las poblaciones de todo el planeta.
El clima determina el tipo de bosque que puede establecerse en un área determinada. Cuando las condiciones climáticas cambian, los bosques deben adaptarse. Sin embargo, el proceso de adaptación suele requerir más tiempo del que permiten las condiciones climáticas cambiantes. Esto suele dar lugar a una pérdida de bosques, de su biodiversidad y de su capacidad para mitigar los efectos del cambio climático.
Deforestación
La deforestación tiene graves consecuencias negativas para la biodiversidad que albergan los bosques. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que cada año se pierden 13 millones de hectáreas de bosque a causa de la deforestación. Mientras que algunos bosques tropicales necesitarían 1000 años para regenerar su biodiversidad, otros han sido dañados irreversiblemente, ya que las especies se extinguen tras la destrucción de su hábitat.
En general, se reconoce que el avance de la frontera agrícola es el principal impulsor de la deforestación, ya que los bosques se talan para hacer espacio para los cultivos o las granjas de ganado. El resto de la deforestación mundial es causada directamente por actividades forestales mediante el establecimiento de plantaciones intensivas sustituyendo bosques primarios y la sobreexplotación de los bosques.
La certificación y la etiqueta PEFC de un producto crea una demanda de productos forestales y fomenta la confianza del consumidor, aumentando así el valor de los bosques. La creación de valor y demanda de productos forestales es una de las mejores formas de mantener los bosques, ya que evita que sean talados para usos intensivos de la tierra.
Desastres y perturbaciones naturales
El cambio climático está permitiendo que las especies de plantas e insectos invasores tengan ventajas sobre las especies nativas incrementando así sus efectos negativos. Mientras que los insectos se aprovechan de los bosques debilitados por las sequías, las especies de plantas invasoras podrán aumentar y propagarse debido a su tolerancia a condiciones más duras.
El fuego es una parte natural de los ecosistemas forestales y varias especies de árboles han encontrado formas de proteger sus semillas de él. Sin embargo, el aumento de las temperaturas favorece los incendios forestales más intensos y de mayores proporciones y muchos bosques no podrán recuperarse. Además de los incendios, las inundaciones y los vientos huracanados se han intensificado y afectan a su degradación.
La gestión sostenible de los bosques puede contribuir a reforzar su resiliencia y su capacidad de recuperación, permitiéndoles adaptarse a los efectos del cambio climático. Los bosques con certificación PEFC se gestionan conforme a exigentes requisitos nacionales e internacionales y son auditados anualmente por una tercera parte independiente. De esta forma se garantiza que la gestión forestal mantiene los bosques sanos y evita que se produzca la degradación de los mismos.