MONTE HOLIDAY ECOTURISMO + BOSQUE

Bioenergía para preservar los bosques de la Sierra Norte de Madrid y proteger a sus visitantes

MONTE HOLIDAY ECOTURISMO + BOSQUE

1 de diciembre de 2025 Buenas Prácticas

Bioenergía para preservar los bosques de la Sierra Norte de Madrid y proteger a sus visitantes

Monte Holiday Ecoturismo es un complejo turístico en un encinar de propiedad privada en la Sierra Norte de Madrid en donde apuestan por la gestión forestal adaptativa frente a incendios forestales, valorización energética de biomasa obtenida del propio monte y el autoconsumo energético a través de la biomasa y la energía solar para abastecer a todas sus instalaciones.

Objetivo de la buena práctica:

  • Incrementar la resiliencia de los bosques de la Sierra Norte de Madrid frente al cambio climático e incendios forestales.
  • Generar bioeconomía local y circular mediante el aprovechamiento de biomasa procedente del monte propio y cercano. 
  • Asegurar la autosuficiencia energética de la instalación turística mediante energías renovables, reducir la huella de carbono y fomentar la gestión forestal sostenible.
  • Crear un turismo y una economía regenerativa.  

Territorio en el que se desarrolla:
Gargantilla de Lozoya, Madrid.

Aportación a la bioeconomía forestal:

  • Aprovecha la biomasa forestal local generadas de podas y cortas selectivas para producir energía térmica. Esto convierte los residuos forestales en recurso energético, lo que refuerza la economía circular del territorio.
  • Mejora la gestión forestal al reducir la densidad de matorral y árboles, disminuye el riesgo de incendio y, por tanto, protege el valor del monte para el futuro. 
  • Crea empleo continuo y fija población en el entorno rural 
  • Supone un caso demostrativo replicable de cómo una empresa del sector turístico puede integrar gestión forestal sostenible para reducir costes, emisiones y dependencia energética externa. 


Para empezar, ¿quién eres y cuál es tu papel en Monte Holiday?

Soy Antonio Gonzalo Pérez, CEO de Monte Holiday Ecoturismo.

¿Qué es Monte Holiday y qué actividades ofrece? ¿Cómo surgió el proyecto?

Monte Holiday nació a principios de los años 80 como una iniciativa familiar. Es un espacio de 27 hectáreas dentro de una finca de montaña donde ofrecemos alojamientos como cabañas en los árboles, domos, piscina, restaurante, actividades de multiaventura y una granja. El objetivo es que las familias disfruten de un entorno natural cerca de Madrid.
El proyecto surgió porque ya teníamos experiencia en turismo cinegético en los años 70 y vimos la necesidad de ofrecer alojamiento y restauración en una zona con buenas vistas y fácil acceso.

¿Qué extensión de monte gestionáis y cómo se integra con vuestra actividad de ecoturismo?

La finca tiene 250 hectáreas, de las cuales 27 corresponden al camping. Gestionamos el monte siguiendo un plan de autoprotección frente a incendios, que a su vez condiciona el plan de ordenación forestal. Cada año realizamos tratamientos selvícolas para reducir biomasa mediante resalveos y clareos, separando los árboles para disminuir el riesgo.
Son montes que hace décadas se aprovechaban para leñas y pastos, pero el abandono rural ha incrementado la biomasa y, con ella, el riesgo de incendios en la interfaz urbano-forestal.

¿Por qué decidisteis abasteceros energéticamente con biomasa de vuestro propio monte?

Antes gastábamos unos 70.000 € al año en combustibles fósiles. Con la crisis financiera decidimos instalar una red de calor basada en biomasa y solar térmica. Primero pusimos una caldera de 150 kW y, con los años, la sustituimos por una de 500 kW, multicombustible y adaptada a diferentes tipos de astilla.
La energía que producimos cuesta alrededor de cuatro céntimos por kWh, muy por debajo de los combustibles fósiles. Además, el dinero que dejamos de gastar fuera lo invertimos en reducir el riesgo de incendio en los montes del entorno.

¿Cuáles son los principales retos de gestionar un sistema completo de bioenergía?

El mayor reto es la legislación, que está pensada para un clima que ya no existe. Necesitamos normas adaptadas al actual riesgo de incendios. Para un particular es muy difícil navegar entre tanta burocracia.
A esto se suman retos económicos —la inversión y la liquidez necesarias—, la escasez de personal para trabajos forestales, la complejidad técnica del proyecto y la gestión de múltiples propietarios del entorno. Todo ello hace muy complicada la coordinación y la aplicación práctica de los tratamientos selvícolas.

¿Cuál es el valor añadido del proyecto y su contribución a la bioeconomía local?

Nuestro modelo se basa en el turismo regenerativo, es decir, en una actividad turística que mejora el entorno donde se desarrolla. En este caso, reducimos el riesgo de incendio, protegemos a personas y bienes, adaptamos el bosque al cambio climático y generamos empleo local.
El proyecto mantiene puestos de trabajo en una zona rural muy envejecida, dinamiza la economía y crea un sistema circular en el que los restos forestales se convierten en energía limpia con una eficiencia del 93%. Además, reducimos emisiones, dependencia energética y fomentamos el uso responsable del monte.

¿Qué consejo darías a nuevas iniciativas que quieran emprender en el entorno rural?

Hay que afrontar los retos con claridad y rigor. Vivimos una situación inédita por el cambio climático: veranos más largos, secos y calurosos. La respuesta debe ser científica y planificada.
Recomiendo elaborar un plan de autoprotección sólido, estudiar la microeconomía de la interfaz urbano-forestal y plantear un modelo financiero realista. También es clave usar tecnologías eficientes, trabajar con combustible local y coordinar a todos los agentes implicados.
Cuando el círculo se cierra —medio ambiente, personas, economía y energía— todos ganan.

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