Gregorio Candás Torres
Propietarios forestales
Gregorio Candás Torre, es propietario, como es habitual en Cantabria, de varias superficies forestales dispersas por la geografía de la comunidad. Cada una de ellas tiene un nombre diferente en función del paraje en el que se encuentra, por ejemplo Fresneda, La Camba o La Marcán. La superficie certificada total que gestiono es de 75 hectáreas aunque, como dije anteriormente, no es una superficie continua, si no que está dividida en distintas parcelas. El tamaño medio de cada parcela oscila en torno a las 2 hectáreas. Las parcelas catastrales se encuentran en diferentes municipios, repartidos a lo largo y ancho de toda la Comunidad Autónoma de Cantabria, desde Valdáliga a Voto, pasando por municipios como Liérganes, Cartes o Entrambasaguas, entre otros. Las parcelas que me pertenecen están plantadas prácticamente en su totalidad de Eucalyptus globulus.
Objetivo de la gestión de la finca
La gestión de estas fincas está enfocada hacia la producción de madera de eucalipto, siendo el principal destino de esa madera la trituración para producir pasta de celulosa. De manera secundaria, también se usan los restos de corta de eucalipto para la producción de biomasa.
¿Cómo se hizo selvicultor?
Algunas de mis parcelas las conseguí por herencia familiar. Desde hace muchos años estoy al frente de una empresa de aprovechamientos forestales, por lo que poco a poco he ido adquiriendo nuevos terrenos con el objetivo de llevar el control de todas las actuaciones que deben hacerse en las masas forestales desde que nacen hasta que llega su turno de corta. De esta forma, el estado natural de las masas es mejor y en consecuencia la producción obtenida es mayor.
¿Cuáles son los retos para la gestión sostenible de su monte?
Uno de los principales retos es la prevención de incendios forestales, ya que uno de los problemas que tienen las masas de eucalipto en Cantabria es la falta de gestión y el estado de abandono. Para revertir esta situación es básica la realización de tratamientos como la selección de brotes o los desbroces, reduciendo el material combustible en el monte y, con ello, el riesgo de incendios.
Otro reto es la aceptación social del eucalipto como especie de producción forestal ya que, al tratarse de una especie que no se da en Cantabria de forma natural, hay gente que no concibe que se pueda usar para una gestión sostenible del monte. Sin embargo, sistemas de certificación como PEFC ayudan a demostrar que puede realizarse este tipo de aprovechamientos de una forma sostenible y al mismo tiempo promover la reforestación, ya que estamos en una Comunidad Autónoma en la que muchos pastizales se han ido perdiendo debido a la disminución de la ganadería. De este modo, se introducen especies productivas sin tener que eliminar masas de arbolado autóctono, siendo positivo tanto económicamente para propietarios y trabajadores, como medioambientalmente, al aumentar la superficie arbolada y, por tanto, la absorción y fijación de CO2.
¿Y las oportunidades?
Las principales oportunidades surgen en relación con los tratamientos forestales en las plantaciones de eucalipto que mencionaba anteriormente, no sólo por el aumento que suponen en su producción o la prevención de incendios forestales, sino que genera una oportunidad para la creación de empleo local. Esto es especialmente importante, ya que en su mayor parte las plantaciones se ubican en zonas rurales y evidencia el potencial del sector para la fijación de población en estas áreas.
¿Cuáles son los beneficios que aporta la certificación PEFC en la gestión forestal de su monte?
Resulta realmente cómodo de cara al manejo de los montes el hecho de tener un instrumento de planificación y gestión que nos ayuda a los propietarios, sobre todo en mi situación, con muchas fincas en diferentes lugares, a tener bajo control las características selvícolas, legales y administrativas de nuestros montes, llevando un seguimiento cercano y fijando unos criterios orientativos claves para la gestión de los montes.