Caridad López-Cepero nos habla de la gestión, aprovechamientos y beneficios que aporta la certificación PEFC en sus fincas de Cazalla de la Sierra (Sevilla)
25 de junio de 2017 Propietarios forestales
- Propietarios: J. Ignacio López-Cepero Rodrigo de la Peña y hermanos (F. Javier, Mª del Monte y Mariano)
- Fincas: Coronado (450 ha) y La Curtidora (120 ha), Cazalla de la Sierra (Sevilla)
Las fincas “Coronado” y “La Curtidora” pertenecen a la familia, al menos, desde 1855, primera mención que aparece en el Registro de la Propiedad de Cazalla de la Sierra, y desde entonces se han mantenido por herencia.
En aquellos tiempos se trataba de una explotación agrícola, ganadera y forestal. La actividad agrícola era fundamentalmente la uva de vinificación, de gran tradición en la zona desde siglos atrás hasta finales del siglo XIX.
Desde muy joven, Ignacio, está en contacto con las faenas ganaderas y de mantenimiento del arbolado, y por su profesión, Ingeniero Agrónomo, lleva directamente la gestión de la finca, junto con sus hermanos que cada uno cumple una función. En los últimos tiempos es su hija Caridad López-Cepero, que estudió Ingeniero de Montes, la que se está sumando a esta labor implicándose cada día más y siguiendo la misma filosofía de gestión.
Aprovechamientos y especies forestales
Hoy día la explotación principal es la ganadera, encabezada por el cerdo ibérico de montanera, así como la oveja merina para el aprovechamiento de los pastos.
El alcornocal ocupa un lugar primordial ya que, a la extracción del corcho, se une el beneficio derivado de la extensión de la montanera hasta el mes de marzo.
La caza, que en otros momentos fue una fuente de ingresos a tener en cuenta dada la abundancia de conejos en la zona, ha pasado a ser algo residual ante la drástica disminución de su población. Y en cuanto a la caza mayor, nunca se ha favorecido por considerarla inadecuada para los fines que se persiguen en la finca.
Los objetivos que trata de alcanzar la gestión de las fincas están encabezados por la persistencia de una masa forestal compuesta por encinas y alcornoques, con presencia de quejigos, que se potencia en base a siembras y plantaciones. Como instrumento de planificación las fincas cuentan con proyecto de ordenación desde 2008. En él se trata de impulsar aún más la presencia del alcornoque así como la mejora de pastos que viene llevándose a cabo con notable éxito.
Beneficios que aporta la certificación PEFC
Las fincas cuentan con el certificado en gestión forestal sostenible PEFC desde 2011. Hasta ahora, para la dehesa, esta certificación actúa como un reconocimiento de la buena labor que se lleva a cabo en la gestión y por lo tanto, es un indicador de que se va por el buen camino manteniendo un equilibrio entre explotación de recursos, conservación y protección, asegurando de esta forma el mantenimiento de estas zonas naturales y sus recursos para las futuras generaciones.
También aporta un valor añadido a los productos que en ella se generan, aunque aquí en la dehesa todavía queda una importante labor por hacer en ese sentido para conseguir que ese valor se traduzca en una compensación económica para el productor.
Sin embargo, creemos que es la línea a seguir, y que poco a poco los productos procedentes de dehesas certificadas ocuparán el lugar que les corresponde en el mercado, este mercado que cada vez más apuesta por lo natural, por la salud y por la naturaleza.
Retos y oportunidades
Uno de los principales retos de los propietarios y gestores actuales es trasmitir la cultura de la dehesa a las próximas generaciones, que comprendan que, a pesar de la majestuosidad de muchos ejemplares de encinas y alcornoques, son sumamente vulnerables y hay que tratarlos con mimo para que perduren y continúen produciendo materias primas y alimentos de alta calidad, así como abundante mano de obra local.
Como asuntos concretos destacaría la regeneración del arbolado, y sus tratamientos silvícolas, con especial hincapié en los realces, podas de formación y las posteriores de mantenimiento. Asimismo, dada la considerable abundancia de tractores y otras máquinas en el campo, un reto sería evitar el contacto de éstas con el arbolado, que puede provocar grandes daños a partir de acciones aparentemente inocuas.
Las oportunidades que puede ofrecer una dehesa bien gestionada bajo el criterio de sostenibilidad son numerosas. Entre ellas, la alta valoración que se puede conseguir de los productos que proceden de ella, especialmente las carnes de la ganadería extensiva, siempre que seamos capaces de ponerlas en valor, lo que hasta ahora sigue siendo una tarea pendiente. Además, existe una tendencia a la diversificación de aprovechamientos introduciendo el turismo rural y actividades de acercamiento de la población urbana al mundo rural, la naturaleza y las labores del campo, entre otras.
Caridad López-Cepero